SU oficio es su vida. Desde niño se dio cuenta de que tenía madera de artista. Las cofradías de Málaga apreciaron su valía cuando hizo el trono del Cristo de la Sangre. Nadie le ha regalado nada y ha tenido que superar la incomprensión de gente que no quería reconocerle su calidad. Ahora, a sus 67 años, como él dice, sigue aprendiendo cada día, mantiene intacta la ilusión por el trabajo bien hecho y espera cerrar pronto con la Archicofradía de la Sangre el acuerdo para hacer el trono de la Virgen de Consolación y Lágrimas.
Vandalismo en la piscina municipal de Antequera: vacían extintores y roban
el dinero del quiosco
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La Policía Nacional investiga los hechos para identificar a los autores,
que accedieron a las instalaciones dos noches diferentes tras forzar una
cerradura
Hace 2 horas
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