Páginas
▼
lunes, 4 de enero de 2010
ANGELITA DIDIER( ANGELA VALDIVIA PLAZA - BAILAORA MALAGUEÑA)
ESTA BAILAORA MALAGUEÑA NACE EN MALAGA EN EL AÑO 1902 Y DESDE MUY PEQUEÑA YA SE LE VEIA SU ARTE . SU MADRE UNA UNA CANTAORA QUE HABIA LLEGADO A GRABAR ALGUNOS DISCO LA LLEVA A MADRID PARA PERFERCIONAR SU ARTE Y LA PONE A LAS ORDENES DE LA PROFESORA JULIA CASTELAO Y ES CON TRECE AÑO CUANDO DEBUTA EN EL TEATRO ROMEA DE MADRID OBTENIENDO UN NOTABLE EXITO,LLEVANDOLE ESTO A ACTUAR EL AÑO SIGUIENTE DELANTE DEL REY ALFONSO XIII Y HACIENDOLE DOMINAR TODOS LOS ESTILO DE LA DANZA ESPAÑOLA LLEGANDO A PERSONALIZAR ALGUNOS DE ELLO.SE CASA CON EL PROFESOR DE MUSICA BLAS DE ALVA Y ABANDONA LA INTERPRETACION PARA DEDICARSE A LA DOCENCIA Y A IMPARTIR CLASE DE DANZA EN SU PROPIA ACADEMIA QUE ESTUVO SITUADA ENTRE OTROS LUGARES EN CALLE BEATA ,DUQUE DE RIVAS Y SANTO DOMINGO. Y ES EN SU ACADEMIA A DONDE SE FORMARON GRANDES PROFESORES QUE LUEGO IMPARTIERON CLASE A SUS ALUMNO CON GRAN PRESTIGIO PARA LA CADEMIA,TAMBIEN MONTO COREOGRAFIA PARA ANGELES RUBIO ARGUELLES UNA GRAN DAMA DEL TEATRO MALAGUEÑO.MUERE EN MALAGA EN EL AÑO 1986 LLEGANDO A APORTA TODO SU SABER A LA CULTURA MALAGUEÑA DE LA DANZA.
Angelita Didier, doña Angelita para mi mamá.
ResponderEliminarMi mamá desde muy pequeña quería ser artista, quería ser bailaora. Pero de familia humilde, mi abuelo era carpintero y con cuatro hermanos, siendo ella la menor, pues como que la economía no daba para clases de baile , cuando a duras penas había para poner un puchero.
Mi mamá tenía una amiga de juegos, de la calle Eslava, en El Barrio del Perchel, que iba a la academia de doña Angelita y fue tanta la tabarra que le dio a mi abuela para ir ella también que, la pobre ahorró para apuntarla por un mes.
Mi mamá era delgada, pequeña, y graciosa, artista vocacional, aplicada, atenta, lista...pero sin dinero.
Pasó el mes y mi mamá claro, dejó de ir a las clases.
Al cabo de unas semanas, la amiguita de mi mamá, tenía un recado de doña Angelita para mi abuela, le pedía que fuera a verla.
Mi abuela acudió a la academia y doña Angelita le preguntó qué porqué había dejado las clases su hija.
No había mucho que decir, no las podía costear, en ese momento doña Angelita le dijo a mi abuela que mientras ella pudiera enseñar un paso de baile, estarían abiertas las puertas de su academia para la pequeña, aplicada y entusiasta Maruchi.
Y así fue cómo una niña con aptitudes pero sin dinero, en unos años muy difíciles, gracias a la bondad, altruismo, calidad humana de doña Angelita, aprendió a bailar, a ser artista. Lo fue en los escenarios, por toda España durante 18 años, luego tuvo también su propia academia, de donde salieron grandes bailarinas y bailarines.
Mi mamá se llamaba Maruchi Martín, ese fue también su nombre artístico.
Desde aquí quiero dar las gracias a los familiares de doña Angelita y que su ejemplo sea, para los que lean esta historia real, inspiración de cómo la bondad y la generosidad se multiplican y son la base para un mundo mejor.
Fdo. Maribel Guindo Martin