HAY PERSONAJES QUE PASAN A LA HISTORIA POR SUS MERITOS CONTRAÍDO CON SU CIUDAD Y HAY OTROS QUE SU BUEN HACER Y SU FORMA DE VER LA VIDA LE GRANJEA AMIGOS PARA TODA LA VIDA , ADEMÁS DE SER QUERIDO POR TODO EL QUE LO CONOCE, ESTO ES MAS O MENOS LO QUE LE OCURRE A ESTE PERSONAJE AL QUE VOY A DEDICAR ESTA ENTRADA BIOGRAFICA, " PACO EL BERE " COMO LO CONOCEN TODOS ES UN PERSONAJE TAN CONOCIDO EN MALAGA QUE NO DUDE PARA QUE SU BIOGRAFIA TENGA QUE ESTAR EN ESTE BLOG.
Paco" el bere " apodo que se lo puso un amigo , porque le gusta mucho las berenjena , nació en 1950, tiempos duros. Su casa junto al
cementerio era de madera; su padre la compró en La Malagueta por 250
pesetas, la desarmó y la volvió a armar allí. Treinta o cuarenta metros
para el matrimonio y los cinco hijos. «Cuando llovía, calaba, y si venía
la riá, nos sacaban a la vía del tren». En el colegio del Padre Ciganda
estuvo solo un año; tras unas fiebres maltas no volvió. Tenía nueve, y
se quedaba en la playa con los pescadores. Empezó a limpiar género,
después los puestos del mercado -«yo juntaba todos los días siete u ocho
duros, que ya era un dinerillo»- y aprendió todo. «Compro, vendo,
guiso, como pescado y tengo 62 ¡a ver si no!». Siempre le ha gustado
salir en un bote de remo o sentarse en los espigones al chambel con los
pies dentro del agua. «El mar da vida».
En 1975 monta su pescadería de Villafuerte tras unos años
en el Mercado de Salamanca; y se casa. Vive en el piso de arriba. «He
llevado una vida ordenada». Solo en una ocasión se embarcó otro negocio,
El Copo, por ayudar a un chaval en mala situación; pero, a pesar del
éxito, lo dejó rápido porque apenas dormía y una madrugada se estrelló
volviendo de pescadería. Sus pasiones son los amigos, el fútbol, el
pescado... «Alto, alto, también el jamón de pata negra y las mujeres, lo
que pasa es que son dos cosas muy caras». Las comidas con amigos en la
pescadería vienen de su pasión futbolera -«un juego precioso en el que
se gana y se pierde; aunque los hinchas no aprendan algo tan simple»-
cuando tocaba noche culé.
-A mí no me llama nadie extraño para reservarme la mesa.
Esta es mi casa y vienen a comer mis amigos, y los amigos de mis amigos.
La pescadería es un pequeño local más allá de una cortina
de canutillos de plástico con los colores de la bandera nacional. Tras
el mostrador clásico de mármol, al fondo, se encajona una mesa con ocho o
diez sillas desparejas. Ese es el comedor del Bere, donde se puede ver
entre amigos lo mismo a un consejero de la Junta o un ex alcalde o ex
alcaldesa, quizá un magistrado estelar, un genio de la alta cocina, un
poeta de columna diaria, el entrenador del Málaga, un director de
periódico, un alto ejecutivo de Unicaja. y la modestia del local es
parte de su encanto porque en definitiva retrata al Bere, que merodea
mientras termina sus paellas gloriosas con el puro en la boca hasta que
de pronto irrumpe con un chiste desopilante -su vis cómica recuerda algo
a su amigo Chiquito- o revelando los secretos del arroz o los espetos o
la fritura de jurelitos.
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