BARTOLOME ABELENDA FERNANDEZ ( MILITAR Y POLITICO)

OBRA DE BARTOLOME ABELENDA FERNADEZ TITULADA " EL CRIMEN DE COIN "
OBRA DE BARTOLOME ABELENDA FERNANDEZ TITULADA "EL LOBO Y LA OVEJA"
ESTE ESCRITOR Y MILITAR MALAGUEÑO QUE AUNQUE NO NACE EN COIN SINO EN GAUCIN EN 1887 LLEGO A SER UN ESTUDIOSO DEL LOS ORÍGENES DEL PUEBLO DONDE VIVIÓ CASI TODA SU VIDA. SIGUIENDO LOS PASO DE LOS INVESTIGADORES LOCALES Y DE LA CAPITAL PARA PODER DEJAR CONSTANCIA DE LO SUCEDIDO A LAS FUTURAS GENERACIONES. AUNQUE SU VERDADERA PROFESIÓN FUE LA DE MILITAR LA CUAL TUVO QUE ABANDONAR POR UNA ENFERMEDAD MUY A SU PESAR , DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA ENCAUZO SU VIDA A LA POLÍTICA LLEGANDO A SER ALCALDE DE COIN DESDE 1936 HASTA 1940. SUS NARRATIVA CONTEMPLA TITULO COMO " EL LOBO Y LA OVEJA" "AL SERVICIO DE COIN" EDITADO EN MÁLAGA POR LA IMPRENTA HISPANIA EN 1944 Y EN 1945 LA OBRA TITULADA" EL CRIMEN DE COIN" .

EN EL APARTADO HISTÓRICO ESCRIBIÓ UNA HISTORIA DE LA CIUDAD DE COIN QUE VA DESDE SU FUNDACIÓN HASTA LA CONQUISTA DE LA CIUDAD POR FERNANDO V EL CATÓLICO EN  EL AÑO 1485 , ESTA   OBRA  FUE TERMINADA EN  1943  POR EL  ESCRITOR Y  EN  ELLA PUSO  MUCHO  INTERÉS   ,  AUNQUE  DICHA OBRA PERMANECIDO INÉDITA MUCHO TIEMPO Y PARECE SER QUE MUY PRONTO SERA REEDITADA POR ALGUNA EDITORIAL.

DON  Bartolomé   ABELENDA   FERNANDEZ    Muere   en su amado pueblo, Coín, a los 59 años de edad, un triste día 30 de enero de 1946, y, como persona muy querida que fue, todo el pueblo mostró una de las mayores manifestaciones de duelo que se ha conocido jamás  ,  por ser persona  muy  querida  y  respetada.

  durante  estos años de su vida, Abelenda Fernández ya era una de las personalidades más importantes del pueblo y como tal se le homenajeó, pero también porque hizo tanto como pudo por el pueblo que amaba más que a nada, su Coín, al que se dedicaría desinteresadamente en cuerpo y alma por ser un proyecto en el que creía profundamente y por el que luchó hasta el fin de sus días.

Por expreso deseo de Bartolomé, su tumba se encuentra a la entrada del cementerio municipal, sin epitafio. Fue su voluntad que todo el que visitara el pintoresco y rico pueblo de Coín pisase el lugar donde su cuerpo descansaría eternamente  y  se preguntara  de  quien  seria esa tumba  sin  epitafio.