Frasquito era un entusiasta guarda del pinsapar por lo que los botánicos lo estimaban por su amabilidad y atención; pero también era muy apreciado por la gente de Ronda. Y es que, según cuentan sus familiares directos, José y Miguel Molina González, Frasquito recogía leña para traerla al asilo de ancianos de Ronda, ciudad en la que vivía (Calle Real 11) y donde a la que bajaba una vez a la semana.
Frasquito Molina tenía 11 hermanos, siendo él el cuarto de mayor edad. Se casó con Dña. Antonia González de quien tuvo un hijo llamado Miguel; después de enviudar volvió a contraer matrimonio con Dña Concha García Fernández de quien tuvo tres hijos, Antonia, Eduarda y Rafael.
Fue guarda durante unos 50 años si contamos los anteriores y posteriores a la Guerra Civil. Con su caballo, de nombre "Picuo", y su perro setter ingles llamado "Yanqui", cuidó el pinsapar bajo las órdenes, durante muchos años, del ingeniero-jefe Eladio Caro (que en el año 1.914 realizó un inventario de la riqueza forestal del pinsapar rondeño y propuso su declaración como Monumento Nacional).
Francisco fue persona querida y respetada hasta por los bandoleros Flores Arrocha y Pasos Largos con los que convivió en la zona. Aún se conserva la "Fuente de Molina" junto a la que tenía la choza; en un enorme pinsapo se construyó un asiento a modo de mirador y las raíces descarnadas de otro servían para la casa de su perro "Yanqui". De hecho, todavía se conserva la pileta tallada en la raíz de un pinsapo muerto donde bebía el perro. La fuente no esta lejos del actual Centro de Investigación de Quejigales, que entonces se llamaba "cortijo Las Tablas".
Murió con más de noventa años. Un hermano de Frasquito, Cristóbal, fue el primer guarda de la Alameda de Ronda; a éste le siguió en el cargo su hijo.
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